De orgasmos y cuchillas de afeitar.

Debo ser un marciano. Lo reconozco, porque hace tiempo que dejé de entender cosas que son meridianamente claras al resto de mis compañeros de planeta y, por otro lado, veo claras cosas que a muchos de los demás les parecen ininteligibles.

Cuando era pequeño, recuerdo a mi padre, a mi tío y a todo mi entorno de adultos de sexo masculino afeitarse con una maquinilla de una hoja de afeitar. De las que se cambiaban toda la hoja por una de aquellas hojas de aspecto rectangular con una serie de enigmáticos agujeritos en el centro (que nunca supe para qué servían todos ellos). Recuerdo que a mi tío le maravillaban aquellas máquinas. El era de afeitarse con tubo de espuma LEA, con brocha y una de estas cuchillas y me hablaba de los tiempos en los que ejercía de Guardia Civil por la sierra de Málaga y Granada pegando tiros por el monte y llevaban una navaja de afeitar que le causaba más percances que los maquis y bandoleros a los que decían perseguir (no es por provocar. Cada uno hace la guerra en el lado que le toca y al 90% de los españoles no les fue dado elegir. También tuve otros tios a los que le tocó el bando republicano… y tener que disculparme por ello… ¡¡¡ qué pais !!!).

Salieron entonces las cuchillas de dos hojas. ¡¡¡LA REVOLUCION!!! Dos hojas. La primera para afeitar, la segunda para apurar… Y lo que mi tio y mi padre conseguían con dos pasadas, ahora se conseguía con una sola. ¡FANTASTICO!. Años después salieron las tres hojas. Difícil ejercicio, pensé. Si con dos hojas te pasas más tiempo desatascando de pelillos los intersticios entre una y otra, que afeitándote, con tres hojas ya ni te cuento. Y si encima venian con ultra glide trip, intercooler y todo eso… Bueno, lo que antes mi padre y mi tío conseguían con tres pasadas (afeitarse, apurar y cortarse), ahora se conseguía con una. ¡¡¡DIOS SANTO!!! y llegaron las cuatro hojas y hasta las cinco hojas. Lo que mi padre, mi tio y yo mismo no conseguíamos con 5 pasadas, que era llegar hasta el hueso, ahora se iba a poder conseguir con una sola. Mi marciana mente empezó a pensar en el momento en que llegaríamos a la cuchilla de 100 hojas. Moviendo la cuchilla un milímetro íbamos a conseguir afeitarnos toda la cara (o al menos, un lado). ¡¡¡INCREIBLE!!! Hoy me afeito con una cuchilla de dos hojas, porque he decidido que la frontera de lo que me gusta hacer con mi cara es afeitarme y que quitar pelillos de los intersticios de las dos hojas también es divertido.

Leo hoy en El Mundo una noticia que contiene una afirmación que me espanta y me vuelve a hacer sentir inseguro y marciano. Tuve mis primeros contactos con la sexualidad (ajena, porque era todo de leidas y vistazos de fotos) en la pre-adolescencia. En ese momento creí entenderlo todo. Lo del orgasmo no tanto, pero bueno, creia entenderlo. Aprendí más tarde lo del multiorgasmo. La leche… Al cabo de unos años (bastantes), me enteré de que no había un tipo de orgasmo, sino dos. Ya me supuso un trauma. Yo creo que empecé con el tema de fumar «después de» para que me diera tiempo a reflexionar y calibrar si «aquello» había sido clitoriano o vaginal.  Lo único que recuerdo a ciencia cierta es que a ninguna de mis parejas pareció gustarles aquello de «el cigarrito de después». ¡Que falta de consideración!¡Si no me dejaban pensar en «ello»¿cómo iba a conocerlas mejor para darles lo que querían?! Claro que tampoco ellas parecían tenerlo muy claro. Si, las más jovencitas lo sabían porque claro, habían entrado en esa dinámica jerguil desde que empezaron su vida sexual, pero las de mi edad, o poco menos, lo único que pedían es «que al menos, sea bueno».

Pero claro. Todo esto era demasiado fácil. Ahora resulta que ¡¡¡HAY TRES ORGASMOS!!! Menos mal que el tercero de ellos parece ser más fácil de distinguir, aunque tiende a ser poco accesible (leed el artículo, y no me hagáis a mi escribir palabras que me avergüenzan). Espero que cuando descubran el cuarto, o simplemente lo anuncien, porque ya estará descubierto, pero no lo divulgan para dejarnos a todos en ridículo,  ya no tenga que pensar en esto mas que una vez cada dos meses.

Al final, voy a acabar pensando, conspiranóico de mi, que todo se hace por motivos comerciales y publicitarios. Y yo, como buen marciano, terminaré andando sobre seguro. Con mis cuchillas de dos hojas e intentando averiguar si ha sido bueno o malo, por más que reciba mentiras piadosas por respuesta… haya venido por donde haya venido.

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