La mujer del César.

Ya lo he dicho en algún otro post. No nos merecemos estos políticos. O quizá sí, viendo los programas de televisión que ocupan el primer lugar de la parrilla televisiva. El día que no te llamen fascista o rojo por exponer las ideas que se salen del pensamiento único las cosas irán mejor y entonces expondré mi idea de que no es justo que mi voto, que estoy informado de política, economía, ciencia, etc. valga lo mismo que el de la señora Pepa o el Señor Paco que estan empollados en si la Belén Esteban se casa o se divorcia (y es que encima son más), pero bueno, es la «falsocracia» que nos toca vivir.

No son nuestros políticos un dechado de sabiduría. Hoy le toca palo a la oposición, que el Gobierno inoperante ya se pega palos solito.  Y el palo les viene por lo mismo que al Gobierno. Por inoperantes y por falaces.

La clase política, aferrada a su sillón, olvida muchas veces los dos planos sancionadores existentes en nuestro Derecho Público.  Por un lado está el penal, y por otro lado el administrativo. Pero independientemente de ellos, existen en nuestro derecho otros regímenes sancionadores privados que se dan, por ejemplo, en los contratos, con las cláusulas penales, o en los regímenes sancionadores de las asociaciones. No está de más comentarlos aunque sea someramente.

Cuando un político es enjuiciado, por supuesto que tiene derecho a la presunción de inocencia. Por supuesto que tiene derecho a que no se le condene sin que haya habido un juicio justo. Por supuesto que si es absuelto tiene derecho a que se reintegre su buen nombre. Pero la vida política es otra cosa. El político no sólo tiene que ser honrado, sino, además, parecerlo, como la mujer del César.  Sería bueno que lo recordásemos de vez en cuando. El régimen sancionador, rescisor de sus obligaciones y cargos políticos, no depende tanto de la condena como de un juicio lógico y crítico sobre lo limpia o sucia de su imagen pública. Un líder político debe realizar un juicio crítico sobre lo inmaculado del nombre de los que le rodean y actuar en consecuencia, haya o no haya sido condenado por los jueces. Si todo el mundo sabía que Jaume Matas era sospechoso de llevarselo crudo, si su extraño enriquecimiento era vox populi, era obligación del Partido Popular destituirlo inmediatamente de todos sus cargos hasta que terminara el juicio penal. Cautelarmente. Para salvaguardar el interés público de un posible chorizo. Ese es nuestro contrato privado con los partidos políticos y ese debe ser su régimen sancionador. Ese es, en definitiva, el pacto social con el régimen de partidos. El juicio del lider del partido político debe permitir discriminar ataques de los medios de comunicación afines al partido contrario siempre que estos sean gratuitos, y para eso sirve el sano juicio y la superior inteligencia que se le presupone al líder. Pero no cabe que se ampare en este argumento para salvaguardar a todos los señalados como posibles corruptos.

Lo mismo cabe decir de Bárcenas. El juicio crítico del supuesto líder del Partido Popular debe ir más allá de la muletilla y salvavidas de la presunción de inocencia. Debe retirarle poderes, prebendas y abogado pagado por el partido. Debe forzar su dimisión como senador.  Aunque sólo sea porque aunque Bárcenas sea honrado, no lo parece, y eso es algo que un Político no puede asumir.

Distinta es la posición de otros líderes del Partido Popular. Que un alcalde, o alcaldesa, acepte de una persona un bolso, o un reloj de regalo, no tiene la misma importancia en este pais. Si fuera asi, nadie podria tener amigos. Yo no podría regalar a mi amigo eurodiputado nada aunque lo conociera de la época de la carrera y hayamos ido de fiesta muchas veces. Entonces tendría que haber alguna prueba de que esos regalos han llevado consigo algún tipo de contratos.

Claro que a lo mejor yo pido demasiado. Juicio crítico, inteligencia, rectitud. Ay, lo olvidaba. Si el perfil que se busca del político es que guste a la mayoría, que son los que ven el programa de Belén Esteban.

Written by 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *