Un ministro del Opus, preconstitucional y homófobo.

En realidad no sé si será del Opus o no. Quizá no. Pero lo parece. Vamos, de hecho, pasaría por tal, así que no cambio el título. Aviso que voy a emplear palabras gruesas para que no me acuse este ministro de ser políticamente correcto. Allá va.

Todo empieza por este artículo. Publicado hoy en el Mundo. Como para no perdérselo. Vamos por párrafos:

1.- El matrimonio gay no ayuda a la pervivencia de la especie.

Y el tío lo suelta y se queda tan pancho. Y encima lo suelta como un argumento científico. El memo que pretende poner a la Religión a la misma altura que la Ciencia. De chiste. Pero a este intelectual que hemos descubierto hoy habría que decirle que ni el matrimonio gay ni el heterosexual garantiza ABSOLUTAMENTE NADA la pervivencia de la especie. El matrimonio es un contrato guiado por el amor, si se quiere decir así y ese amor está presente entre heterosexuales y gays. Lo otro, lo de follar de toda la vida para tener hijos, no es necesario que se produzca dentro de ningún matrimonio, ni ha de estar bendecido por ningún amigo invisible. Se produce independientemente de creencias y contratos. La biología, que eso sí es ciencia, no precisa de contratos, ni de dioses.

Ya puestos, creo que los sacerdotes y monjas tampoco es que hagan una labor encomiable a favor de la perpetuación de la especie. ¿Los prohibimos?

2.- Es compatible la libertad religiosa con la confesionalidad del Estado.

Y pone como ejemplos países como Malta (donde te multan si haces topless en la playa por ir contra la moral, como si la moral fuera derecho punitivo), Grecia o Gran Bretaña, donde la iglesia anglicana está presidida por la Reina de Inglaterra… con absoluta división de poderes (todos sabemos cómo y por qué nació la Iglesia anglicana). ¿Podríamos nombrar más países confesionales? Afganistán, Irán, el Egipto actual… No sé. Sigo prefiriendo el estado laico o aconfesional. Aunque a nuestro ministro le duela eso. Es una conquista histórica, y aún ha de avanzar mucho, para que la religión no rija nuestras vidas. Nuestro estatus de vida, del que tan orgullosos se sienten los occidentales, no procede del cristianismo, como muchos neocons quieren hacernos ver. Proceden del laicismo absoluto, del ateísmo radical y científico. De la revolución francesa, del Enciclopedismo, de la Ilustración. Cuánto más quede la religión en el ámbito privado, mejor para todos.

3.- La religión no debe ser una maría, sino tener el mismo rango que otras asignaturas fundamentales.

Si, claro. lo tienes claro, intelectual. La creación a la misma altura que la teoría de la evolución. El diluvio universal a la misma altura que la deriva de los continentes. ¿Qué más? ¿Suspenso en Religión como me pasó a mi en persona en primero de BUP con el «padre» Angel, legionario de Cristo, por decir que la creación era poética y que la teoría de la evolución era correcta? La religión debería erradicarse de todas las escuelas financiadas con dinero público. Todas las religiones. Para eso están las Iglesias, o deberían estar.

4.- El problema más grave de nuestra sociedad es la negación de Dios.

Creo que me voy a ahorrar el hecho de considerarlo idiota de remate por, simplemente, considerarlo un inculto radical. Vamos a ver. Oscurantismo, retraso, superstición. Eso es lo que ha traido a las sociedades la afirmación de Dios. Hoy lo tenemos en las teocracias musulmanas. Lo que occidente vivió hace no tanto tiempo bajo la influencia de la Iglesia (y por tanto, de Dios, que no existe Dios fuera de la Iglesia), lo viven ahora esas teocracias. La negación de Dios ha traído progreso, ha traído formas de entender la vida más cercana a la vida, y menos a la muerte, o al más allá. Ha sido la fuente del progreso. Nuestro problema no es la negación de Dios. Es el paro, es aumentar nuestra deuda pública para rebajar la privada, sobre todo la de los Bancos. Nuestros problemas se miden en magnitudes, no en entelequias.

Nuestro problema, Sr. Ministro, es que los gilipollas tengan manos para llevar carteras ministeriales.

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One thought on “Un ministro del Opus, preconstitucional y homófobo.

  1. Querido Dactilarista:

    Esta entrada dominada por la rabia es, por concisa, clara y escueta, la mejor que te he leído.

    Para ahondar en tu rabia te comentaré que no solo hay mojigatos en el Opus, la mayoría de la Iglesia católica actual es así, de la que hablo por ser la más cercana a nosotros. En educación, no sé si en creencias.

    Lo peor de todo ya no es que un ministro, tenga las creencias que tenga, se permita «elevarse intelectualmente de la plebe» en Roma para teorizar sobre el estado teocrático. Lo peor es que ni tan siquiera siguen la doctrina cristiana; el Nuevo Testamento habla de la división entre lo terrenal, lo administrativo, y lo religioso («Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios»); y el propio Nuevo Testamento no es sino un mensaje que atempera la crueldad del Antiguo Testamento, una enorme parábola sobre el amor al prójimo, a los olvidados, a los que sufren, es un mensaje mucho más humanista que divino. (Dejemos de lado los misterios de la Resurrección y la Encarnación).

    Solo lleva razón en una cosa, aprobó religión porque era una maría, se nota que no tiene ni idea.

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