La inocencia de los musulmanes (breve teoría).

Llevamos una semana bastante mala desde el 11 de septiembre hacia acá. El mundo musulmán muy revuelto. Occidente un tanto perdido. Y mucha, muchísima gente opinando. Pero algo me dice que la mayoría de los comentarios son bastante interesados y casi todos profundizan más bien poco. Esta mañana, sin embargo, he leido en el blog Ateorizar una interesante reflexión que merece que nos extendamos un poco en el origen, causas y posibles soluciones de este ya largo y tedioso conflicto.

No es intención de este artículo justificar nada. Quede de antemano sentado que creemos en la libertad de expresión y de prensa. Que creemos en que el único camino para un mundo más justo y pacífico es la Universalización de los derechos humanos dentro de sociedades totalmente laicas. Siendo el ateísmo o la religiosidad una opción personal, no debiera serlo para la sociedad como tal, que sin duda debiera ser atea.

Partamos de dos premisas. Todas las religiones son intrinsecamente EXCLUYENTES y EXPANSIVAS. Efectivamente, no hay religión que no lo sea. Nuestra ventaja en occidente es que hemos conseguido mantenerlas a raya a través de la laicización de las instituciones. La segunda premisa, y seguramente la más importante, es que la forma más sencilla de movilizar un pueblo inculto es a través de la religión.

Sentadas estas dos premisas, analicemos la situación del mundo musulmán previo al video de marras. Analizaremos el mundo musulmán como un todo, aunque evidentemente, nada tiene que ver un musulmán wahabbí o salafista con un chií radical iraní, que además no es árabe. No es tampoco fácil explicar como son los salafistas, financiados por Arabia Saudí, los principales instigadores de parte de las revueltas contra Estados Unidos, cuando es Estados Unidos la aliada tecnológica de Arabia Saudí y ésta el principal aliado estratégico de los norteamericanos.

Intentemos pues dibujar un mapa lo más objetivo posible. La situación actual de los países árabes arranca del final de la Primera Guerra Mundial. Con la desaparición del Imperio Otomano, la mayor parte de los territorios árabes quedan convertidos en protectorados (cuando no en colonias) de las potencias vencedoras. No es precisamente el modelo colonial la quinta esencia de la convivencia entre los pueblos, pero la falta de una estructura social fuerte, propicia una convivencia más o menos pacífica. Sin embargo, se empiezan a poner las bases de los futuros conflictos en la zona.

Dos elementos perturbadores sobresalen por encima de todos los demás.

1.- La creación del Estado de Israel. Este es un fenómeno único en el mundo. De repente, un grupo de gente, por arte de magia, decide hacer una pantomima en forma de votación en la ONU (no votaron la mayoría de  los hoy países árabes, que en aquel momento eran protectorados o colonias y, en cambio, sí pudieron votar las islas Palau o las islas Marshall, a los efectos colonias de EEUU); y crea un Estado en medio de una zona habitada. Eliminan o desplazan a la población allí existente, todo ello con el beneplácito de occidente. Per se, no deja de ser un inaudito agravio comparativo. Pero este agravio tiene mil ramificaciones, todas ellas humillantes para los musulmanes. Aparte del conflicto directo tanto con Palestina como con el Líbano y otros países árabes, tenemos, por ejemplo, la libertad con la que cuenta Israel para usar y abusar de armamento prohibido contra población civil (bombas de racimo, bombas incendiarias, como la utilizada en la matanza de Qana) o la tenencia de armas de destrucción masiva, mientras que los mismos motivos son casus belli, en caso de que ocurran en un país musulmán (excepción hecha de Pakistán, por motivos diferentes).  Si usted, por ejemplo, tiene a bien en muchos paises occidentales negar el Holocausto, o incluso decir que las cifras están infladas, o se le ocurre hacer cualquier comentario hacia los judíos, probablemente incurrirá en un delito de antisemitismo (quede claro que desde estas páginas condenamos cualquier negación del Holocausto, aunque sí defendemos el derecho de la gente a intentar probar lo contrario). Cualquier comentario contra los árabes o musulmanes no solo no es delito, sino que probablemente será festejado con enormes aspavientos por los medios de comunicación neo-liberales. El antisemitismo es delito. La arabofobia no.

2.- La guerra contra el terror. Dicho así ya suena tétrico. El terror está allí y allí hay que combatirlo. Pero, ¿qué significa esta guerra contra el terror? Significa:

  • Primera guerra del Golfo contra Iraq: Aunque hay muchos conflictos anteriores, empezaremos por este que da pie a la situación actual. La primera guerra del Golfo responde a la invasión de Kuwait por parte de Iraq. Iraq, no olvidemos, aliado de Estados Unidos en la guerra contra Irán. Provisto por occidente de armas de destrucción masiva para acabar con el régimen de los Ayatollahs. Aplaudidos cuando emplearon esas armas contra la población chií de Basora, por ejemplo. Aún así, Estados Unidos ataca Iraq. Miles de muertos en forma de «daños colaterales». Los casos de leucemia disparados por las emisiones radiactivas de los proyectiles de uranio empobrecido de los A-10 Thunderbolt II.
  • Segunda guerra del Golfo contra Iraq: Más de lo mismo, esta vez con la peregrina excusa de las armas de destrucción masiva. Falsa, por cierto. Con pruebas falseadas por USA.
  • Afganistán. Aparentemente con mejor fundamento, sin embargo, los atropellos cometidos provocan un enorme malestar entre la población.

Toda esta historia de grandes (y pequeños) abusos van produciendo una sensación de malestar en el pueblo musulmán. Durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX surgen en todo el Islam corrientes de pensamiento aperturista. Desde Egipto, Irán y otras partes poco a poco se van abriendo paso lecturas menos literalistas del Corán. Sin embargo, no es la mejor ayuda para esas teorías las permanentes y constantes agresiones que sufren. Si la muy civilizada Estados Unidos ha visto radicalizarse en sus posturas, tanto políticas como religiosas, cuando se ha visto atacada, ¿qué esperar de unos pueblos muy atrasados culturalmente?

Antes de pasar a otras consideraciones más cercanas a nuestros días, y en concreto, el fenómeno de la mal llamada «primavera árabe», hagámonos la siguiente pregunta. ¿Siempre ha sido así? Pues la respuesta es la misma de siempre. Si y no. Todas las religiones tienen el problema de no casar bien con las otras. Y aquí se han dado leches por todas partes. Por lo tanto siempre ha habido conflictos con un trasfondo religioso. Pero por alguna razón, que debería parecer obvia, lo cierto es que a partir del siglo XV los judíos encuentran mucha más facilidad de establecerse en paises musulmanes que en paises cristianos. Marruecos y Turquía reciben a los sefardíes expulsados de España. Mientras sus hermanos en España sufren persecución y dolor extremo a manos del Santo Oficio, en Marruecos y Turquía llevan una vida próspera (aunque es cierto que también con sus más y sus menos).  Por algo sería. Quizá en algún momento histórico no era exactamente así.

La primavera árabe.

Lo primero de todo es decir, categóricamente, que este fenómeno es inexistente. Deberíamos distinguir país por país qué originó estos fenómenos. Posteriormente quien los instrumentalizó y, por último, qué camino siguen. No es lo mismo la revuelta de los inmigrantes en Bahrein, que las revueltas de Yemen, o las que aparentemente iniciaron todo el fenómeno, en Egipto.

Si bien las revueltas egipcias son las únicas que pudieran tener esa consideración de revuelta social contra un poder dictatorial en busca de libertades, lo cierto es que todo ello quedó en agua de borrajas al poco tiempo de surgir. Un pueblo depauperado tiene tendencia a la radicalización y si bien en un principio eran la parte más insignificante del movimiento, poco a poco los Hermanos Musulmanes (movimiento social, partido político y asociación mutual, todo en uno, de tendencia wahabí y muy cercano a los postulados de Arabia Saudí), han ido haciéndose con el control de la situación.

Los movimientos revolucionarios de Siria cada vez son más claramente llevados a cabo por elementos extremistas wahabíes, cuando no directamente por miembros de grupos cercanos a los postulados de Al-Qaida. Los legítimos intentos de la población siria de librarse de un dictador implacable, pero laico, va a terminar haciendo que caigan en manos de extremistas religiosos.

La guerra de Iraq ha terminado con dos cosas. Con el régimen de Saddam Hussein y con la relativa libertad religiosa que existía en Iraq. De hecho Bagdad era una ciudad muy abierta y según me cuentan hoy es rara la mujer que se atreve a andar sin cubrir su cabeza por temor a los grupos yihaidistas que campan por sus respetos incluso en la capital.

Lo mismo en Libia. Lo mismo en cualquier otro país de la mal llamada primavera árabe.

Inocente el buenista que pensara que la primavera árabe era un movimiento ilustrado que, al igual que en la Revolución Francesa, iban a conseguir cambiar las estructuras sociales árabes. Los dictadores árabes sabían perfectamente que lo primero que tenían que controlar era a sus clérigos. Y lo hacían. Vaya si lo hacían. Y por esa razón Al-Qaida estaba muy controlada en Iraq, por ejemplo. Caído el dictador, el enlace entre el clérigo y la gran masa de pueblo inculto es directa y sin freno. Qué distinto el panorama de los instigadores ilustrados de la Revolución Francesa.

Los vídeos de la discordia.

No es la primera vez que sale un video de estos. Recuerdo hace unos años un video lanzado desde las páginas web ultraconservadoras de los think tank neoliberales. Llegar a ellos era fácil. Bastaba buscar los links a páginas hermanas de Libertad Digital. Sin embargo, en esos momentos en los países árabes había una serie de dictadores (algunos afines, otros no tanto), que imponían silencio a los clérigos bajo pena de muerte. Así que los clérigos hablaban, organizaban alguna manifestación, quemaban una bandera americana y otra israelí y a dormir a casa. No había más.

El vacío de poder que han dejado las primaveras árabes, instrumentalizado por los partidos religiosos, ha dado la vuelta a la situación. En este sentido hay dos teorías:

  • La teoría conspiranoica, avalada por el hecho de la estrecha alianza entre Estados Unidos, Arabia Saudí e Israel, que señala que es un movimiento de ajedrez para mantener ocupados y desestabilizados los países árabes, y de esa forma mantener tranquilo a Israel. En contra de esta teoría es que los gobernantes que ocupaban los cargos eran más afines a la idea de guerra fria de perfil bajo que los clérigos radicales.
  • La teoría de la religiosidad expansiva. Es la que dice que los movimientos radicales van a aprovechar cualquier chispa para enfervorizar a la gente y obtener réditos políticos de todo ello, imponiendo de esta forma sus postulados radicales (y teocráticos).

Personalmente me inclino por la última. El ataque a la embajada americana en Libia estuvo perfectamente calculado. No es un ataque espontáneo por la rabia. La rabia fue incitada por un video de los que en realidad, hay cientos por la red. Recuerdo una página argentina sionista que allá por el final de los 90, prácticamente dia si, dia no, publicaba un relato de Mahoma pederasta, Mahoma metiroso, Mahoma sanguinario, etc, etc. Nada pasó.

Este es un movimiento más calculado. Tienen una base social extensa y que odia a occidente. No lo duden ni un momento: TIENEN SUS MOTIVOS. Pero contra eso no hay remedio. El mal está hecho y ahora tenemos que impedir los efectos de ese odio. Solo hay una solución que tiene varios pasos:

1.- Reforzar el Islam moderado. Es evidente que no podemos aspirar a una sociedad laica hoy. Apoyemos al Islam mederado.

2.- Mantener dentro de la legalidad al Estado de Israel. No lo duden. Mientras seamos tolerantes con los desmanes de Israel, día a día crecerá con justicia el malestar social. Y ese es caldo de cultivo para los radicalismos. Si Israel fuera un estado justo, no habría causa para el malestar social, humanitario de los refugiados y desplazados. Pero lo cierto es que no lo es.

3.- Retirada de todas las tropas invasoras en paises musulmanes.

4.- Reparación de todos los daños causados.

Sólo restaurando un clima de concordia entre occidente y el mundo árabe conseguiremos minar la autoridad que, cada vez más, tienen estos líderes radicales. Mientras mantengamos una situación de enfrentamiento, los fanáticos encontrarán el caldo de cultivo perfecto para sus desmanes.

No se trata de pedir perdón por unos retratos o unas películas. No se trata de aceptar la radicalidad. No es vivir con miedo ante los radicales. Se trata de aceptar con humildad nuestras responsabilidades y crear un ambiente en el cual una película de mala calidad no sea utilizada para soliviantar una masa inculta y pobre. Esa sí es nuestra responsabilidad. Y el que no quiera verlo tendrá que asumir las consecuencias.

Written by 

2 thoughts on “La inocencia de los musulmanes (breve teoría).

  1. Ayer después de escribir un rato este comentario se fue al limbo.

    Te felicitaba por la entrada, muy erudita, y escribía algo más, no matizando, que es una especie de corrección, sino aportando otros puntos de vista. Más o menos quedaron claros en el tercer tiempo de la pachanga.

    Como no quiero dar mucho la vara y aunque esté feo autocitarse te pongo dos links que tratan de otros aspectos de lo que tú cuentas, quizás aspectos marginales.

    http://kotyan-elgatodeschrdinger.blogspot.com.es/2010/12/umberto-eco-que-me-has-copiado.html

    http://poramoralnovenoarte.blogspot.com.es/2010/05/sherezade.html

    Y te recomiendo las películas Vals con Bashir, Persépolis y Paradise Now. Los comics de Joe Sacco, y de Will Eisner, La Conspiración y Fagín el judío. Quizás esta aproximación a otras voces lo que termine es por liarnos y hacer todo mucho más relativo.

    Y para terminar un bonito poema:

    Halt, poema del Maestro Luis Rogelio Nogueras

    Recorro el camino que recorrieron cuatro millones de espectros.
    Bajo mis botas, en la mustia, helada tarde de otoño
    cruje dolorosamente la grava.
    Es Auschwitz, la fábrica de horror
    que la locura humana erigió a la gloria de la muerte.
    Es Auschwitz,
    estigma en el rostro sufrido de nuestra época.
    Y ante los edificios desiertos,
    ante las cercas electrificadas,
    ante los galpones que guardan toneladas de
    cabellera humana
    ante la herrumbrosa puerta del horno donde
    fueron incinerados
    padres de otros hijos,
    amigos de amigos desconocidos,
    esposas, hermanos,
    niños que, en el último instante,
    envejecieron millones de años,
    pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó,
    pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión,
    que estupefactos, desnudos, ateridos
    cantaron la hatikvah en las cámaras de gas;
    pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso
    camino
    desde las colinas de Judea
    hasta los campos de concentración del III Reich.
    Pienso en ustedes
    y no acierto a comprender
    cómo
    olvidaron tan pronto
    el vaho del infierno

    Auschwitz-Cracovia,

  2. No creo que sea relativizar lo que más miedo me dé. En esta historia de buenos y malos en los que el mundo neo-con con la Fox a la cabeza ha convertido el mundo, no es algo que se me de especialmente mal.

    Precisamente por eso es por lo que he escrito el artículo. Porque estoy un poco cansado de que siempre se mire al mismo sitio para decir que algo está mal. Siempre los mismos culpables y la única razón que parecen esgrimir es que lo llevan en los genes.

    Y lo cierto es que todo es algo más relativo. No está occidente exento de culpa. No la tenemos toda, pero si presumimos ante nosotros mismos de nuestra superioridad moral, entonces sí que es cierto que además de culpables en cierto grado de este mal, lo somos además de arrogancia. Si avanzamos, que sea para todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *