Varas de medir.

El falso progresismo español está inquieto. El juez un día denostado por perseguir a Vera y Barrionuevo (le llamaban entonces despechado por no obtener el ansiado Ministerio de Justicia o de Interior), hoy es el héroe nacional. En un acto celebrado bajo la inconstitucional bandera republicana (tan inconstitucional como la bandera franquista), se «defendió» al Juez Garzón  (y lo entrecomillo porque con amigos así, quién necesita enemigos), tachando al Tribunal Supremo de fascistas, torturadores y otra serie de lindezas que por estúpidas no dejan de ser hirientes. Son hirientes porque son falsas y porque tienen eco en el rojerío poco-pensante de nuestro país. Ese rojerío que lo mismo se acoje al nunca mais, que a la defensa del juez Garzón, sin otra meta que impedir que se hable alto y claro de nuestros problemas reales (paro, paro y más paro y la incompetencia acreditada para combatirlo).

El alma mater del acto, o al menos el que más cera añadió fue el antiguo fiscal anti-corrupción, Giménez Villarejo.  Que me corrijan mis lectores si me equivoco, porque no tengo los datos, aunque intuyo que por edad debió alcanzar la fiscalía en tiempos del franquismo y también intuyo que en esa época no denunció a los policías torturadores del régimen, limpia hoy su conciencia atacando a un Tribunal Supremo que, como órgano constitucional que es, debería ser tratado con algo de consideración. Algo que las Asambleas revolucionarias desconocen, claro. Sin duda cuanta menos Constitución mejor.

Tachar de fascista al juez Varela es una contraditio in termino. Juez progresista donde los haya, inspirador de Jueces para la Democracia, insultarle de esa forma es sin duda contraproducente. Varela tuvo un enfrentamiento con Garzón hace unos años, a raiz del famoso caso Nécora, en el que los inculpados salieron libres por culpa de una deficiente (una vez más), instrucción garzoniana. Cuando empecé mi carrera profesional, recuerdo que mis colegas más avezados y experimentados ya me hablaban de lo mal instructor que era Garzón. Pero claro, eso a la izquierda española, la misma de la LODE y otras leyes «educativas » posteriores, les da igual. ¿Premiar la excelencia y la calidad? ¿Por qué?

Además de todo ello, Garzón recusó a varios miembros del CGPJ. A unos por amistad con Camps. A otra, como Margarita Robles, la recusó por enemistad personal. Curioso, porque Margarita Robles estaba propuesta por el PSOE. Y es un miembro del PSOE, Rodriguez Ibarra el que dijo en una entrevista no hace mucho «Garzón es un prevaricador». Cierto que él lo decía por el caso Vera, pero lo cierto es que la inquina en muchos sectores poderosos del PSOE existe.

Existe pues una denuncia de organizaciones ultraderechistas (aunque ideológicamente me cueste mucho tildar a Falange de derechista, pues comparte muchos elementos con la derecha y otros muchos con la izquierda), que personalmente no me caen simpáticos, pero la instrucción la realizan elementos progresistas. ¿Será una cortina de humo del PSOE para que no se hable de los problemas reales de España? ZP es maestro en esto. Ya utilizó de forma zafia unos atentados terroristas para movilizar a sectores progresistas a su favor. Ya utilizó diversos accidentes como forma de distracción a su favor. No iba a ser esta una excepción. El paro en España bate records negativos y sin embargo, todo el mundo pendiente de una Garzonada.

Es terrible. Lo malo de Garzón es que tiene 3 procesos abiertos por prevaricación. Un juez endiosado. Pero maniobrero como pocos. No hace mucho a Gomez de Liaño lo apartaron de la carrera judicial por cometer un  delito de prevaricación. Claro que Gómez de Liaño atacó al grupo PRISA. En ese momento NADIE en el rojerío español levantó siquiera la voz. Nadie dijo nada. Toda la progresía intelectualoide española calló y otorgó. Rastreros y viles como pocos, bailando al son que interesa.  En julio de 2008 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, concluyó que ha habido violación del art. 6.1 del Convenio [Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales]», que establece que «toda persona tiene derecho a que su causa sea oída … por un tribunal independiente e imparcial», dando con ello la razón a Gómez de Liaño. NADIE levantó el puño izquierdo para defender esa causa.

Curioso que los que defienden el ignominioso régimen cubano defiendan también a Garzón. Intelectualoides, artistillas de salón. Ahora vemos toda la verdad, desnuda, sin caretas. Allí van ellos, con sus varas de medir. La kilométrica y la milimétrica. Una para cada España. Ahora vemos en qué consiste la memoria histórica. Volvemos a lo mismo. Y mientras, el hoy, el mañana, negro y oscuro. Como la toga de un juez.

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